DARPA, el Departamento de Defensa Norteamericano, está ahora desarrollando un proyecto que suena futurista, aunque lejos de lo esperado, robots e inteligencia artificial. Lo que busca es implantar un dispositivo electrónico, que pueda ponerse en el cerebro de las personas, particularmente militares, los cuales sufren de desórdenes mentales y donde ya parece un comportamiento que se está convirtiendo demasiado frecuente.
La ambiciosa meta es crear un dispositivo médico dentro de los siguientes cinco años, que pueda implantarse en el cráneo y monitorice, analice y responda a información en tiempo real, enviada por el cerebro. Algo así como un “marcapasos” para la materia gris. Este nuevo nivel para escudriñar el cerebro podría llevar a tratamientos más efectivos para los desórdenes mentales y psiquiátricos, esperan los investigadores.
La agencia ha decidido voltear a ver a lo que la tecnología puede decir para ayudar a solucionar estos problemas. El proyecto es parte de la iniciativa de la Casa Blanca, BRAIN, que busca investigar la mente para descubrir nuevos tratamientos para las enfermedades mentales. El presupuesto inicial del presidente Obama para esta iniciativa es de 100 millones de dólares, para el primer año. La mitad de este dinero irá directamente a la investigación en DARPA.
DARPA espera mejorar su tecnología actual de “estimulación cerebral profunda”, o desarrollar nuevas técnicas para hacerlo mejor. Los doctores hoy en día usan la estimulación profunda para tratar ciertos desórdenes neurológicos como la enfermedad de Parkinson. Hay, de acuerdo a los registros de DARPA unos 100,000 pacientes de Parkinson que tienen chips en sus cerebros, con la esperanza de ayudar en el tratamiento de esta terrible enfermedad. Los chips mandan impulsos eléctricos a las áreas afectadas del cerebro para controlar los impulsos que no se consideran normales, causados por la enfermedad. Los investigadores están probando chips electrónicos para tratar otras enfermedades mentales, como el síndrome de Tourette y la epilepsia.
Opinión personal:
Es algo muy ambicioso y arriesgado pero a la vez beneficioso, ya que las personas con síndrome de Tourette o con epilepsia viven muy afectadas y esto podría cambiarlas por completo. Por otro lado, como toda solución científica, será muy difícil de conseguir para quienes lo necesiten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario